Con la llegada de la adolescencia el niño que había en casa irreparablemente deja de serlo, para pasar por una etapa de cambios físicos y emocionales que transformarán en gran manera su vida.
Sin embargo, para los padres los hijos nunca serán lo suficientemente grandes como para verlos como adultos y dejar que afronten los obstáculos solos, aunque a veces se dificulta puesto que para poder aconsejarlos primero hay que fomentar la confianza, donde ellos se sientan cómodos compartiendo sus vivencias.
Según la ‘coach’ familiar Lolita Suárez, mantener una relación cercana con los hijos no es tarea de un día, sino que es algo que debe cultivarse desde la infancia.
Por otra parte también está la educación, que debe ser inculcada desde los primeros años de vida. Esta es la que permite que construyan una base de seguridad y autovaloración de sí mismo.
Expresa que tratar de imponerse nunca debe ser una opción cuando de educar y orientar se trata, ya que con esto nunca se llega a nada positivo. Solamente somete al miedo, y causa una persona temerosa que en un futuro hará las cosas a espaldas de sus padres.
Obligarlos solo provoca rebeldía, y aunque normalmente se tenga la creencia de que todos los jóvenes son difíciles, esto es totalmente falso: lo que necesitan es ser tratados con respeto y que se aprecien sus diferencias.
Por esta razón Suárez asegura que la forma ideal de corregir a los jóvenes es hacerles entender qué les conviene con un razonamiento y un diálogo asertivo.
Exhorta a los adultos a darles cierto grado de libertad a los hijos para que tomen decisiones por cuenta propia y experimenten cosas nuevas, ya que la exploración es parte fundamental de la adolescencia.
“No es posible monitorear todo lo que hacen los hijos en la escuela o a través de las redes sociales, y es ahí que es importante una formación en valores y debida información, para que no se dejen influenciar por amigos que a veces inconscientemente los llevan por mal camino, porque en su casa tampoco les dieron la orientación y educación que necesitaban”, destaca la guía familiar.
Enfocarse en sus logros y virtudes
“Es muy importante cuidar lo que les decimos a nuestros hijos. No debemos enfocarnos solamente en lo negativo, sino buscar y encontrar lo que es valioso en ellos.
Pongamos el foco en sus cualidades positivas y méritos para hacerlos sentir bien, porque las palabras tienen mucho más poder del que imaginamos.
Si le dices a tu hijo que será un gran hombre, como resultado tendrás un gran hombre, pero si constantemente le dices que no sirve para nada, probablemente, aunque sea extraordinario, esa voz interna repercutirá todo el tiempo en su cabeza e impedirá que logre alcanzar el éxito, porque por naturaleza los seres humanos no creemos en nosotros mismos hasta que alguien nos dice que somos valiosos”, concluye Suárez.
A su vez, sugiere siempre tener en cuenta que no existen los padres perfectos, por lo que una mala decisión o respuesta ante los comportamientos de sus hijos debido a un “mal día” no tiene por qué afectar de por vida. Lo importante es lo que se hace constantemente, en el día a día.
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