El papa Francisco anunció el domingo que ha elegido a 21 nuevos cardenales, incluidos prelados en Jerusalén y Hong Kong, lugares donde los católicos son una pequeña minoría. El pontífice aumentaba así su influencia sobre el grupo de religiosos que elegirá a su sucesor.
El papa anunció sus elecciones en su comparecencia semanal en la Plaza de San Pedro, y dijo que la ceremonia para nombrarles oficialmente sería el 30 de septiembre.
Entre los designados había varios prelados que ya tenían o estaban a punto de asumir puestos importantes en el Vaticano, como el arzobispo de La Plata, Argentina, Víctor Manuel Fernández, al que el papa acaba de designar como responsable de la oficina que salvaguarda la ortodoxia doctrinal y supervisa los procesos sobre acusaciones de abusos sexuales de clérigos en todo el mundo.
Entre los nuevos cardenales también estaban el obispo de Hong Kong Stephen Sau-yan Chow y el principal funcionario del Vaticano en Oriente Medio, monseñor Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén.
Esos dos religiosos guían a las congregaciones en zonas geopolítica que preocupan al Vaticano.
En declaraciones el domingo antes de leer la lista de nuevos cardenales, Francisco expresó su esperanza porque las autoridades palestinas e israelíes entablaran un «diálogo directo» para poner fin a la «espiral de violencia», una referencia a los recientes enfrentamientos mortales en la región.
Hace décadas que el Vaticano y China alternan épocas de tensiones y mejoras en sus relaciones, dada la insistencia del gobierno comunista chino de que tiene derecho a nombrar a los obispos, así como al encarcelamiento de sacerdotes que expresaron su lealtad al papa.
Los cardenales sirven como asesores al pontífice en cuestiones de enseñanza y administración, lo que incluye las finanzas vaticanas, que están inmersas en diversos escándalos. Pero su tarea más importante es participar en el cónclave secreto que elige al siguiente pontífice. Francisco ha nombrado a varias rondas de nuevos cardenales en sus diez años de papado. Eso significa que, cada vez más, los hombres que votarán a su sucesor en caso de que él renuncie o fallezca son religiosos que comparten sus valores, prioridades y puntos de vista.
Otros elegidos para recibir el rojo cardenalicio procedían de Ciudad de Cabo, Sudáfrica; Yuba, en Sudán del Sur, que el papa visitó este año en un peregrinaje; Penang, en Malasia, y Lodz, en Polonia.
Dieciocho de los 21 nuevos cardenales eran menores de 80 y podrían votar en un cónclave.
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