Por Manuel Franco
Silverstone.– Lejos de las luces, tímido tras el trabajo. Cuello dolorido y manos que curan. Pulgar en alto. Anti, el fisioterapeuta finaldés de Sebastian Vettel preguntaba al piloto con la mirada. La respuesta le arrancó media sonrisa. Expresividad de hielo, nórdica. En la vuelta 47 lanzó un grito en el box de Ferrari. El tetracampeón del mundo pasó a Valtteri Bottas como un relámpago, una víbora escapada en la selva, en medio de la campiña inglesa. A partir de ahí el finlandés se vino abajo, neumáticos de casi 30 vueltas para terminar fuera del podio. Y Vettel volando a la victoria en la casa de Lewis Hamilton. Carrera espectacular del germano, pero la leyenda fue también el británico. Segundo, pegado a su igual en títulos cuando en la segunda vuelta era penúltimo. Raikkonen les acompañó en el podio.
Mientras, Fernando Alonso volvió a cumplir con el objetivo a pesar de los pesares. Octavo. Otra vez puntos. Siempre está. Siempre. Y recordando a un tal Magnussen quien es el jefe luche donde luche. Mala suerte de Carlos Sainz, la de encontrarse con Romain Grosjean que le echó de pista y le dejó fuera. Abandono injusto del madrileño.
El de Renault venía ya las últimas vueltas en el hospitality de su equipo y escuchó a Ferrari vestir de gala la victoria. Grande, león… hemos ganado en su casa y gracias a los muchachos. Italiano clásico. Ganó Vettel, una victoria que inició en una gran salida. Primera vuelta tremenda. Kimi intenta pasar a Hamilton, se tocan y el inglés queda decimoséptimo. Después habría sanción de diez segundos para el campeón de 2007. Por detrás excepcional salida de Sainz aprovechando problemas para ir por el asfalto recuperando hasta la décima plaza. Alonso undécimo pegado a Magnussen. Estaría ahí hasta la última vuelta en la que destrozaría la extraña chulería del danés. Al asturiano le había tocado Checo Pérez en la salida, trompo y suerte, casi se toca con un Williams en el pit lane.
Desde atrás Hamilton inicia una remontada espectacular que le lleva hasta el podio con un Mercedes increíble. Dice que tiene dañado el coche, pero pasa a otros coches como si fueran karts. En la vuelta seis es décimo, en la nueve octavo, quinto en la 18 y así hasta el segundo puesto final con neumáticos medios por los blandos de los Ferrari que le acompañaron delante y detrás.
La carrera fue increíble con luchas impresionantes en pista y accidentes que provocaron dos coches de seguridad. Pasaron cosas. Eso es la F1. En la vuelta 34, accidente de Ericsson. Arriba Bottas a dos segundos de Vettel. En la zona media, cinco pilotos en un segundo y medio: Hulkenberg, Ocon, Alonso, Magnussen, Sainz… Empieza la danza de cambios de ruedas. Entran los Ferrari, se quedan los Mercedes. A box los españoles, en pista sus rivales. Lidera Bottas con Vettel segundo. Alonso es décimo, Sainz.
duodécimo. Se va el safety, vemos una preciosa batalla entre Raikkonen y Versttapen con el holandés volando por fuera. Y Otro coche de seguridad por el choque Sainz-Grosjen. Alonso pasa a Magnussen. Noveno. Se la devuelve el danés, motor Ferrari. Sigue la batalla. También por delante. Vettel se pone líder y ya ve a Alain Prost en la meta con sus 51
victorias, terceros de siempre. Siempre he visto a Seb como el galo. Cuatro títulos, estilo similar. Podio con Vettel, Hamilton y Raikkonen. El inglés no les mira. Rabia de campeón. Abucheos a Iceman que ¿sonríe? Y Alonso, octavo final con el abandono de Verstappen, vuelve a encontrar oro en un río de fango. Cosa de genios. Bonita F1. Toca descanso…
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