Playa El Valle en la costa norte de la península de Samaná destaca por su belleza escénica. Locación de películas internacionales, como la película OLD (2021) del reconocido director M. Night Shyamalan.
Además de ser un destino turístico que ha ganado notoriedad con el tiempo, es un «Hot spot» de anidamiento de tortugas marinas, principalmente tinglar, Dermochelys coriacea, y tortuga verde, Chelonia mydas, ambas en lista roja de especies en peligro de extinción.
El auge de este destino, tanto para el turismo local como extranjero, ha propiciado en la zona la presencia de perros, los cuales deambulan libres a pesar que cada uno de ellos tiene un dueño.
Los perros un problema
Aurelio Reyes, del Foro Ambiental de Samaná, explicó a Diario Libre que a pesar que estos perros tienen dueño, los perros han aprendido a ubicar y ahuyentar a las tortugas anidantes de la zona, sin que nadie controle a estos animales, además de defecar a lo largo de la playa afectando a los visitantes.
Reyes considera que los perros son criaturas curiosas y las tortugas tímidas. «Cuando uno de estos reptiles se dispone a anidar, los perros les ladran, las tocan y hasta la muerden. Esto las ahuyenta y puede provocar desplazamiento, osea que la tortuga aniden en otra playa. Esto aunque no parezca un problema si lo es, pues aún en el país se mantiene la cultura de saqueo de nidos y playa El Valle es de las pocas playas libres de saqueo que tenemos en nuestro país».
Reyes también explica que la presencia de perros en la playa no es nueva. El problema es que antes los perros llegaban de desde comunidades cercanas tras la comida que pudieran ofrecerles los visitantes, y por la noche regresaban a casa con sus dueños. «lo que es diferente ahora es que El Valle es una zona mucho más accesible que antes, prácticamente a todas horas hay gente en la playa y con la prohibición de acampada sobre la playa, algunas personas han habilitado zonas de camping y usan los perros por seguridad. El asunto está en que esos mismos perros que avisan de la entrada de intrusos, son los que le dan la desagradable bienvenida a las tortugas. Basta con ir a Playa El Valle en la noche y caminar por la playa, de un momento a otro tendrás una escolta», explicó Reyes.
Aurelio Reyes explicó también a Diario Libre que desde que el problema se ha acentuado, la cantidad de tortugas anidantes ha disminuido palpablemente. Según su experiencia, hace unos años en esa playa se reportaban de 30 a 40 nidos, pero desde que la presencia de perros se reportan muy pocos.
Reyes recuerda que en 2018 un grupo de voluntarios interesados en el tema hicieron levantamiento de la cantidad de perros en la comunidad para coordinar su castración. En ese levantamiento realizado únicamente en la vía principal, desde el puente de río San Juan hasta la playa (unos 2.2 km) habían 24 perros, de los cuales 4 perrqas estaban preñadas. Sin embargo, por el poco interés de la comunidad se esterilizaron solamente tres perras. Luego una organización llamada Samana Project, consiguió esterilizar más perros de la comunidad, pero el problema no se ha solucionado.
Aunque se han reunido con autoridades del Ministerio de Medio Ambiente para buscar una solución a la problemática, no han habido resultados positivos.
«Al parecer la Ley de Protección Animal y Tenencia Responsable No. 248-12 limita al Ministerio de actuar, sacando los animales o tomando cualquier otra medida pues esta ley delega la responsabilidad en los ayuntamientos y el Ministerio de Salud Pública. La misma ley en su artículos 12 ordena al ministerio de salud y los ayuntamientos a establecer albergues para animales, pero en Samaná no se cuenta con ninguno o no es de nuestro conocimientos donde existe alguno que sea público y los pocos privados que conocemos están a sobre capacidad», concluyó Reyes.
Sobre las tortugas marinas
Las tortugas marinas en general alcanzan su madurez sexual entre los 9 a 15 años y pueden llegar a vivir entre 100 y 150 años en estado natural.
Se reproducen cada 2 a 4 años poniendo de 3 a 7 nidos por temporada, mayormente de noche luego de una incubación de aproximadamente dos meses. En el caso del tinglar el plazo es aproximadamente de cada 4 años.
Todas las tortugas marinas son excelentes nadadoras, pueden recorrer miles de kilómetros desde su área de alimentación y su área de reproducción. Poseen un gran sentido de orientación, volviendo a generalmente a reproducirse en la misma playa donde nacieron.
El tinglar, el año que le toca anidar, puede llegar a depositar entre 60 y 130 huevos por nido.
Si ves una tortuga anidando, lo principal es no acercarse, las tortugas al salir del agua a la playa están muy alertas a las amenazas. Cualquier movimiento de personas, luces de cámaras o ruido puede espantarlas y volverán al mar. Avisa a las autoridades medioambientales, para que den protección y asistencia al nido.
Si ve tortuguitas naciendo por la noche, evitar la iluminación con cámaras y celulares. Esto las puede desorientar y caminar en sentido contrario al mar. No tocarlas y llamar a las autoridades medioambientales.
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