NUEVA YORK. El estado de Nueva York, el mayor foco de coronavirus en Estados Unidos, ha registrado hasta ayer lunes 66,497 contagios de COVID-19 y 1,218 muertes, anunció el gobernador Andrew Cuomo en una rueda de prensa en un hospital de campaña con 2m500 camas que comenzará a operar hoy.
“En términos de número de casos, la curva sigue subiendo, con 6.984” más que ayer, dijo Cuomo desde el centro de convenciones Javits, que acogerá las nuevas instalaciones de emergencia.
Las declaraciones de Cuomo se dan cuando la Organización Mundial de la Salud informa que el número decontagiados en el mundo suman los 693,224 y los fallecidos 33,106.
El gobernador, que alabó el trabajo conjunto que están haciendo todos los hospitales del estado, detalló que en las últimas horas ha habido 1,014 nuevas hospitalizaciones, elevando el número de pacientes en centros médicos a 9,500, de los cuales, 2,000 se encuentran en cuidados intensivos, lo que supone 315 más que ayer. Cuomo también quiso destacar que un total de 4,000 personas han sido dadas de alta.
El país, principal foco de la enfermedad a nivel mundial, ha registrado cerca de 150,000 casos de COVID-19, con Nueva York a la cabeza, seguido de Nueva Jersey con 13,386 casos, California con 6,266 y Michigan con 5,472.
Cuomo, que como ya se ha vuelto habitual, se ha refugiado en el lenguaje bélico para abordar la crisis sanitaria, aseguró que no es el momento de politizar la situación.
“No a la politización, no al partidismo, no a la división, no hay tiempo para esto”, dijo antes de subrayar: “Estamos en una situación realmente grave, es más importante que la política y el partidismo; y si hay división, el virus nos ganará. Si hay un momento para la unidad, amigos, es este”.
A pesar de los malos datos, Cuomo también apuntó que, aunque el número de casos sigue subiendo, el ritmo al que crecen se está ralentizando.
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