San Juan, 8 ene. (EFE).– Puerto Rico espera la llegada de ayuda federal después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, firmara la solicitud del Gobierno puertorriqueño de Declaración de Emergencia para la isla, que este miércoles trata de recuperarse de los efectos del terremoto de magnitud 6,4.
La gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez, informó a través de su cuenta en Twitter que ya se le notificó la decisión del presidente estadounidense, medida que trata de paliar los daños causados por el temblor, todavía por cuantificar.
«Recibí una llamada del administrador interino de Fema -agencia federal de emergencias-, Pete Gaynor, para notificarme que el presidente Donald Trump había firmado nuestra solicitud de Declaración de Emergencia para Puerto Rico», indicó Vázquez.
La prioridad del Ejecutivo de Puerto Rico, un Estado libre asociado a EE.UU., es recuperar el servicio eléctrico para que se vuelva a la normalidad en el menor tiempo posible.
Cerca de medio millón de abonados cuentan ya este miércoles en Puerto Rico con servicio eléctrico, después del terremoto del martes.
La estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) informó que continúa el proceso de recuperación y que durante las próximas horas se espera que más abonados tengan servicio hasta alcanzar la totalidad el próximo fin de semana.
«Continúa el proceso de recuperación del servicio. Cerca de medio millón de clientes tienen servicio con una generación aproximada de 542 megavatios. Personal técnico continúa trabajando para el progreso de la ‘reenergización'», detalló la AEE a través de su cuenta en Twitter.
El terremoto del martes, el más grave de la historia reciente de Puerto Rico, dejó como saldo un muerto, cientos de refugiados y el derrumbe parcial de viviendas y edificios.
La mayoría de la viviendas que colapsaron son casas levantadas sobre finas columnas que cedieron ante la magnitud del sismo, que no afectó a otro tipo de edificios.
En cuanto a otras construcciones, lo más destacado fue el derrumbe de una iglesia en el municipio de Guayanilla y de dos pisos en una escuela del de Guánica. EFE
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