Como muchos sabemos, utilizar protector solar es vital para ayudar a reducir el impacto y los daños de las radiaciones ultravioleta que recibe nuestra piel a lo largo de la vida. Sin embargo, a la hora de comprar uno, pocos tomamos en cuenta las especificaciones del mismo para cerciorarnos de que sea el que verdaderamente necesitamos.
Por si no sabías, en el mercado hay múltiples opciones de bloqueadores solares entre las que podemos escoger, dependiendo de nuestro tipo de piel, edad, condición médica y hasta la parte del cuerpo en la que vayamos a aplicar. Ahora que ya estás informado, aquí algunos de los puntos que debes tomar en cuenta para seleccionar de manera inteligente el que mejor va contigo.
Tipo de piel. Una de las quejas más frecuentes con relación al uso del protector solar es que hace sudar en exceso o que deja una sensación pegajosa en la piel. Esto ocurre porque la mayoría de los protectores son de consistencia oleosas, lo que quiere decir que si tu piel es grasosa puede contribuir a aumentar tus niveles de grasa. Para evitar esto, intenta probar bloqueadores con efecto matificante o en seco.
Nivel de protección. Debes comprobar en la etiqueta del protector solar que vayas a comprar que tenga un FPS (factor de protección solar) de 30 o superior, como también que proteja tanto contra los rayos UVA y los rayos UVB. En el caso de personas que tienen alguna condición médica relacionada con la piel, por lo general se les recomienda uno de mayor protección. Sin embargo, si es tu caso, es importante que consultes con tu doctor de cabecera para que sea él quien te indique el adecuado para tu problema.
Resistente al agua. Si estás buscando un protector solar para ir a la playa o piscina, definitivamente necesitas uno resistente al agua, lo cual indica que mantendrá su SPF por hasta 40 minutos en el agua a diferencia de uno normal. Si practicas deportes acuáticos, como natación, opta por buscar uno ultra resistente, ya que este puede durar hasta 80 minutos.
Textura. Aunque los más famosos son los bloqueadores en crema, en el mercado también puedes encontrar otras alternativas como en spray o loción, cada una cumpliendo con una función distinta. Las fórmulas en crema son más apropiadas para la cara y el escote, el spray para las personas que practican deporte, y el uso de la loción es ideal para todo el cuerpo.
Dónde y cuánto debemos aplicar
Aunque existe una falsa creencia con relación a que solo debemos usar protector cuando vayamos a estar expuestos de manera directa al sol, la dermatóloga clínica María Eugenia Barrios destaca que este debe ser parte de nuestra rutina de cuidado diario, por lo que es necesario aplicarlo siempre, sin importar que estamos dentro o fuera de casa, o que sea un día soleado o nublado. Esto, porque los rayos UV también se desprenden de pantallas de aparatos electrónicos como las computadoras, además de que son capaces de afectar la piel aun cuando no hay sol afuera.
Según la experta, la cantidad que debemos aplicar es, aproximadamente, el equivalente a una cucharita de café para las zonas de la cara y el cuello, incluyendo las orejas, así como también cualquier otra parte del cuerpo que vaya a estar expuesta, como brazos, manos, piernas y pies.
Debe ponerse de 3-4 veces al día, tomando en cuenta que debe ser retocado luego de nadar o bañarse, después de hacer ejercicios físicos o transpirar en exceso. También debe ser re-aplicado luego de pasadas las dos horas desde la última aplicación.
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