Mucho se ha escrito sobre el Coliseo de Boxeo Carlos “Teo” Cruz, instalación que tras decenas de escritos (crónicas, análisis, reportajes artículos), fue una realidad.
El gobierno del entonces presidente Joaquín Balaguer fue receptivo ante los reclamaciones de dirigentes del deporte y decidió disponer la construcción de la importante obra.
Pero, 23 años después de ser inaugurado el coliseo no ha cumplido con su verdadero rol: Montar carteleras de boxeo profesional y, también, servir de escenario a torneos del pugilismo amateur en el país.
Por ser especie de un “coliseo dormido”, en muchas ocasiones, a través de artículos y análisis, se le ha bautizado como “un elefante blanco”.
Esa instalación se usa para organizar actividades que nada tienen que ver con el boxeo. Es una obra para celebrar actividades políticas, religiosas y artísticas.
El trascendental acontecimiento deportivo se registró seis días antes de Balaguer dejar el poder y dar paso a la administración del doctor Leonel Fernández quien gobernó la nación en el período 1996-2000.
En los últimos dos meses gente del boxeo local ha manifestado su entusiasmo porque el 27 de del presente mes en la pasiva instalación será celebrada una cartelera que corresponde, según sus organizadores, al programa “KO a las Drogas” una iniciativa originaria de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Pero, ¿este cartel es una manera de revivir el oxidado Coliseo de Boxeo Carlos -Teo- Cruz?
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