Si comparamos el amor propio excesivo con comerse un pastel dulce, te darás cuenta de que si comes mucho no solo te empalagarás, sino que lo más seguro es que te caiga mal. Todo en exceso, aún sea amor, hace daño.
Eso mismo ocurre con ese autoamor, que cuando sobrepasa los limites puede convertirte en una persona egoísta, sin empatía y cuyo foco solo da para adorarse así mismo; tal y como le ocurrió a Narciso, que de seguro lo recuerdas, aquel joven de apariencia hermosa y llamativa de la mitología griega, que estaba tan enamorado de sí mismo que un día vio su rostro reflejado en las aguas y en un intento de besarlo, cayó y se ahogó.
Dicen que de Narciso todos tenemos un poco, pero hay personas que, sin exagerar, son la encarnación moderna de este personaje. Individuos que, por lo general, se adulan a sobremanera de forma, a veces, inconsciente. Sin embargo, su compañía o el simple hecho de entablar una conversación con ellos, puede llegar a ser muy molesto para los que le rodean, y tarde o temprano, su nivel de engreimiento los va alejando de las personas que aman.
¿CREES MERECER LO MEJOR?
Lo cierto es que, según la psicóloga clínica, jurídica y de la salud, Iris Bello Castillo, las personas narcisistas se caracterizan por la falta de empatía, por no mostrar preocupación por el prójimo; esperan siempre un trato diferencial en cualquier circunstancia, es decir, esperan que los demás los pongan siempre en primer lugar y se quejarán si no reciben los privilegios que entienden que merecen. Siempre están hablando sobre sí mismos, sobre sus gustos y sus experiencias, y esperan que los demás estén disponibles para escuchar.
La psicóloga Heydi Camilo dice además que son: frívolos, meticulosos y calculadores. Pero hay que esclarecer, partiendo de la percepción de Camilo, que una persona puede presentar una o dos cualidades, pero no necesariamente padezca de un trastorno de personalidad narcisista. Además de que ella adiciona a eso, que suelen ser personas muy competitivas y capaces de albergar resentimiento hacía los demás, cuando las cosas no salen como quieren o no se cumplen sus exceptivas.
LA INSEGURIDAD SE VISTE DE SUPERIORIDAD
Muchos piensan que ser narcisista se encuentra justificado en el uso abusivo de redes sociales (por la exposición constante), el abuso de los selfies (adulación de su imagen física) y el darse el ‘‘bombo’’ de decir que tienen una ‘‘alta autoestima’’. Pero en ese último punto, hay una diferencia muy marcada de ‘‘tener autoestima sana a ser narcisista’’, ya que en la primera se resume en: ‘yo soy importante y tú también’, mientras que el narcisista piensa: ‘yo soy importante y tú no’. Y ocurre que, en realidad, ese aire de ‘‘grandiosidad’’ marcada en el ‘‘yo’’, se esconde una personalidad con muy baja autoestima, esas ideas las reafirman ambas psicólogas. He ahí la gran paradoja en este comportamiento, vestir las debilidades con ropa de superioridad y arrogancia. Y tal y nos revelan las expertas, las personas con un sano amor propio, no van a querer probar su superioridad con nadie, pero tampoco permiten que nadie las intimide ni humille.
DAÑA RELACIONES
Aunque a veces puede ser desesperante tolerar a un amigo (a) con aires narcisistas, se aprende a lidiar con sus actitudes más fácil, que cuando se trata de tu pareja, es más desgastante y hasta puede quebrar su relación. Camilo dice que es porque como el narcisista carece de empatía, esa persona no se da cuenta cuándo su pareja lo necesita y es incapaz de conectarse con ella, y esto rápidamente cansará a uno de los dos.
Heydi aconseja que si uno de los dos tiene tendencia al narcisismo, es preciso tener paciencia, pero hay que trabajar esos comportamientos.
‘‘El autoamor narcisista”, sin duda, puede alejar al amor de pareja y, más cuando el otro miembro de la pareja es una persona con amor propio saludable. ‘‘Cuando tenemos un amor propio sano, cuando reconocemos nuestro valor, cuando reconocemos que somos dignos de que nos quieran bonito y querer bonito; que esa relación sume y sea recíproca, donde se puedan marcar limites, difícilmente se acepte una relación abusiva, porque al final del día, tener una relación con una persona narcisista, es una relación de maltrato’’, añade Iris Bello.
NO REBOSES TU VASO
Ni muy vacío ni muy lleno, debe estar nuestro vaso del amor propio. Autoamarse, pero no caer en el egocentrismo, el narcisismo y la apatía.
Las psicólogas reiteran que la medida saludable del amor propio es que nos permita reconocer el valor que tenemos, pero que nunca debe rebasar el valor de otros. Saber reconocer estas personas es importante, para no sucumbir en su juego, pero más que andar por ahí etiquetando a todo el que presente una o más cualidades de narcisismo, la intención real es que si es alguien cercano y del que has llegado a cansarte, lo ayudes a ampliar su foco y a darse cuenta que hay más personas a su alrededor. Que no es el último cheesecake de la pastelería, enseñarles que hay que ponerse en el zapato de los demás, y que la humildad es un valor que nunca debemos olvidar.
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