SANTO DOMINGO. Con un escenario compuesto por unas 16 pantallas, luces led y un cuerpo de baile impecable, “La Dinastía Rosario” celebró los 40 años de su carrera artística la noche del sábado en el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto.
Un recinto lleno a toda capacidad recibió a Los Hermanos Rosario, quienes pusieron a bailar a más de 6 mil personas que anoche se dieron cita bajo un torrencial aguacero.
Durante dos horas Rafa, Toño, Tony y Luis realizaron un recorrido por un repertorio musical sin desperdicio. “Las Locas y “Borrón y Cuenta Nueva”, fueron los primeros merengues en poner de pie a los presentes. “Que felicidad, cuanta gente…”, dijo Rafa. Mientras que Toño expresó “gracias por venir, estamos viejos pero más bueno. Esto empezó en el 1978, hoy 40 años después lo celebramos con ustedes y para ustedes”. “La Luna Coqueta”, “Pecadora”, “Pa’l colmado voy a beber” fueron bailas y cantadas con gran entusiasmo de principio a fin.
Y llegó la hora de los invitados. Los merengueros recibieron a los Ilegales y Víctor Manuel, quien no se fue sin antes cantar su salsa titulada “No quería engañarte”, de inmediato Rafa entró con “Ya viene El Lunes” y un instrumental de unos 10 minutos acomodó al público para recibir al galáctico a El kukito, quien montado en una Harley-Davidson presentó una retrospectiva de los temas que lo han catapultado como el favorito del merengue.
Durante el espectáculo, fue improvisado bar donde entre tragos y chanzas, los hermanos contaron algunos de sus andanzas, vivencias y anécdotas de aquellos tiempos inolvidables para ellos.
La noche continuó con títulos como “La voy a olvidar”, “Esa morena”, “Me Libere”, “Quiero que me des un like”, “Que buena esta la fiesta”, “La Cleptómana”, “Nueva de caja”, entre otros.
Al escenario llegó el legendario merenguero Jonny Ventura, quien cantó y bailó “Me tiene amarrao”, con sus singulares pasos como todo un caballo.
La temperatura siguió subiendo con la presencia en la escena del popular bachatero Anthony Santos, que fue recibido con gran ovación, y acompañó a los hermanos a rendir un homenaje póstumo a su hermano Pepe Rosario. Francis Rosario, no aprovechó el momento que le tocaba para mover sus caderas y prefirió enviar saludos al público, mientras que el coro de “Por favor devuélvale el lápiz y déjeme morir tranquilo… puso fin al concierto.
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