La cuota del 40 % que la mujer había logrado para integrar las boletas en todas las demarcaciones electorales del país, fue “estrangulada” con la nueva Ley de Régimen Electoral que limitó la aplicación del porcentaje a la propuesta nacional.
Esa limitante es considerada por diversos sectores como una piedra en el crecimiento de la mujer, que en la última década ha venido empoderándose en la política.
La nueva legislación en su artículo 36 refiere que “las nominaciones y propuestas de candidaturas a la Cámara de Diputados, a las regidurías y vocales se regirán por el principio de equidad de género, por lo que éstas deberán estar integradas de acuerdo a lo establecido en la Ley de Partidos, por no menos de un 40 % ni más de un 60 % de hombres y mujeres de la propuesta nacional”.
Para la politóloga Rosario Espinal, la recién aprobada ley viola los derechos de igualdad entre hombres y mujeres que establece la Constitución dominicana.
También, asegura, contradice la Ley de Partidos aprobada el año pasado, que establece que la proporción de hombres y mujeres en los cargos electivos debe ser 40/60 por ciento por demarcaciones.
“Los partidos, dominados por hombres, siempre han querido oponerse al avance en la representación de las mujeres, por una sencilla razón: como los puestos no son infinitos, cuando una mujer gana una posición, la pierde un hombre. Esa es la razón por la que inventan excusas, diciendo, por ejemplo, que no hay suficientes mujeres políticas capacitadas”, enfatizó.
Sostuvo que si la Ley Electoral se promulga como está, con el 40/60 % de la propuesta nacional, a muchas mujeres las colocarán en candidaturas donde un partido tiene menores posibilidades de ganar. Por lo tanto, es posible que baje el número de mujeres electas.
“Eso constituiría un retroceso en lo que ha sido un camino difícil para abrir espacios de participación y representación política de las mujeres”, aseveró.
Ante esa situación ya se pronunció el Foro Feminista Magaly Pineda que pidió al presidente de la República, Danilo Medina, observar la ley por constituir un retroceso mayúsculo en la participación y representación política de las mujeres dominicanas.
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