Por las dificultades para caminar, doña Sofía Urraca no suele moverse mucho en la casa, y cuando lo hace es con un andador. Pero a sus 106 años, no ha delegado el mando en el hogar. Ella decide qué se debe hacer, y está pendiente de lo que falta. Está atenta de la comida de algún familiar. Su vista es buena y cuando cree que ha habido demora con el almuerzo, mira el reloj y le recuerda la hora a la trabajadora. No es de mucho hablar. Sus respuestas son cortas.
Pero antes de contestar se quedaba mirándome fijamente a los ojos, pensando la respuesta. Su mente está lúcida. Urraca, quien es nativa de Soco, San Pedro de Macorís, al Este de la República Dominicana, no se imaginaba que llegaría a 106 años. Cuando le pregunté a qué atribuye su longevidad, respondió: “Porque uno cree en Dios”. Cada domingo le llevan la comunión a la casa.
Escucha programas religiosos y los domingos ve la misa por televisión.
Su comida favorita es arroz, habichuela y carne.
Se trasladó a la capital cuando tenía alrededor de 20 años.
Repudia maltratos
Se casó a los 25 años, pero contó que tuvo que separarse después de tener 7 hijos, por los maltratos de su marido.
Al comentarle que ahora hay muchos feminicidios, refirió: “Ahora matan y matan, eso no puede ser (el feminicidio)”, expresó con tono bajo. De ahí que aconseja a las mujeres no dejarse maltratar de sus parejas.
Terminó de criar a sus hijos sola, pero señaló que pasó mucho trabajo. “Yo fui fuerte”, afirmó.
Mientras estuvo casada, solo se ocupaba de las labores del hogar, pero luego negociaba y trabajaba como modista tanto en la casa como en industrias. Luego sus hijos comenzaron a trabajar y ayudar con la carga del hogar.
Se definió como una mujer hogareña, que no salía de su casa. “Estaba muy ocupada, hacía de todo en mi casa porque no había dinero para trabajadora”, narró. Le gustaba bailar y cantar en actividades familiares. Fumaba pero lo dejó porque le estaba haciendo daño. Al final, doña Sofía cambió su estado de ánimo y dio muestra de no querer seguir conversando, cuando un hijo le pidió que contara cómo fue la vida de la familia durante la revolución del 1965. “Dejalo ahí, déjalo ahí”, le requirió.
No le gusta hablar de ese tema porque en ese tiempo le mataron a un hijo, uno resultó herido y otros tuvieron que vivir años en la clandestinidad, porque pertenecían a los grupos revolucionarios.
FRASES
“Yo hacía de todo en la casa, no había dinero para trabajadora”.
“Es mejor tener a sus hijos con un solo hombre”.
“Ahora matan, y matan. Eso no puede ser (el feminicidio).
SOFÍA URRACA
106 años.
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