“Aquí por dondequiera uno se tropieza con un montón de basura y desde que llueve todo se inunda por la cantidad de desechos acumulados en las calles. Esto es un caos”, son expresiones comunes que se escuchan entre los residentes en el Gran Santo Domingo.
Pero eso que describen es sólo la punta del iceberg de un grave problema ambiental que es imposible de ocultar. Las imágenes de días pasados del malecón de Santo Domingo lleno de basura le mostraron al país y al mundo el mal manejo que se tiene en la ciudad de los residuos sólidos.
Con el crecimiento poblacional ha ido aumentando la producción de residuos en urbe, que se equipara con la cantidad que se produce en países desarrollados, según la Mancomunidad del Gran Santo Domingo (MGSD).
Los residuos que se generan en la ciudad se componen básicamente por papel, cartones, metales, plásticos, vidrios, cerámicas, textiles, maderas, vegetales descompuestos, entre otros, y casi todos ellos pudieran ser reaprovechados y generar beneficios económicos.
En cambio, es común verlos en las aceras dispersos en cualquier parte de la metrópoli y, como se reseña en el Plan de Ordenamiento Territorial del Distrito Nacional, obstruyendo el sistema de drenaje, lo cual hace más crítico y extenso el problema de inundaciones y genera problemas sanitarios y ambientales. Esto impacta negativamente en múltiples formas a los ciudadanos y podría alejar a los turistas, quienes detestan la basura, plantea el ambientalista Luis Carvajal.
Convivir con la acumulación de basura, que contribuye a la proliferación de insectos, roedores, hedores, enfermedades y otras incomodidades, es el día a día, quizás no de los más privilegiados, pero sí de los más vulnerables, que son la mayoría de la población de la metrópolis.
Condiciones precarias
En Santo Domingo la recolección de basura del 72% de los hogares se realiza bajo la responsabilidad de los ayuntamientos municipales, los cuales, según Rojas, carecen de los recursos para disponer del personal y equipos suficientes y más adecuados.
“La colocación de basura fuera del horario de recolección, y las limitadas cobertura y frecuencia de recolección, genera la acumulación en esquinas y solares baldíos”, se reseña en el informe del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) “Contexto actual del agua en la República Dominicana”, publicado este año.
Aquí el uso de contenedores es de uso limitado y es común el vertido incontrolado de residuos sólidos en cañadas y terrenos urbanos y rurales.
“De los residuos recolectados, del 60% al 80% corresponde a domicilios y esto se hace con equipos de recolección muy precarios. En la mitad de los ayuntamientos, la totalidad del equipo vehicular tiene más de 10 años de antigüedad”, indica el estudio refiriéndose al país en términos generales.
El vertedero de Duquesa, principal destino final de los residuos sólidos de la mayoría de los municipios del Gran Santo Domingo, se ha convertido en un peligro para la salud y el medioambiente.
Alrededor de 83.9% de los residentes en sus inmediaciones (aproximadamente a dos kilómetros) lo ven como un foco de contaminación, según un estudio publicado el año pasado por el Observatorio Municipal de la Liga Municipal Dominicana.
A los pobladores les afectan, entre otros aspectos, los malos olores y vinculan enfermedades respiratorias, alergias y de la piel con la cercanía del vertedero, ubicado en Santo Domingo Norte, donde ocupa 127,810 metros cuadrados, de acuerdo a la investigación.
La contaminación de Duquesa se extiende además hacia el río Isabela, uno de los principales de la ciudad, provocando que de manera indirecta afecte a un mayor número de personas, señala el estudio.
El director ejecutivo de MGSD dice que hay un proyecto para construir una planta de tratamiento para los lixiviados de Duquesa las cual costaría alrededor de 800,000 euros y sería construida por la CAASD y los ayuntamientos. Se prevé esté en funcionamiento en el primer semestre del 2019.
¿Qué alternativas hay?
Para enfrentar la situación de los residuos sólidos, lo que se plantea es establecer un sistema adecuado de gestión que permita fomentar su reducción, reutilización, reciclado y otras formas de valorización tal como establece el proyecto de Ley Sobre Manejo de Residuos Sólidos que espera por aprobación en el Congreso Nacional.
Carvajal entiende que no debería circular ningún producto sin que se sepa dónde terminará porque a su juicio en toda economía es necesario saber qué se hará con los desperdicios.
LA FALTA DE ORDENAMIENTO ES EL ORIGEN DE TODO
HISTORIA. Los expertos consultados y los estudios analizados coinciden en que el origen de los dos problemas ambientales de la metrópoli aquí descritos, y muchos más que es imposible describir en dos páginas, es la falta de ordenamiento territorial.
En su momento la ciudad no se planificó debidamente para hacer frente al gran flujo migratorio (interno) que se disparó tras el ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo, en 1961.
“Esta época conoce la mayor migración desde todo el país hacia Santo Domingo. La pobreza predominante en los campos y ciudades del exterior expulsa la población hacia Santo Domingo en busca de opciones de progreso”, reseña el libro Historia Crítica de la ciudad de Santo Domingo del arquitecto Cristóbal Valdez.
El autor plantea que Santo Domingo es producto de las inversiones en infraestructuras del Estado, del mercado, de la especulación inmobiliaria y de la ausencia de planificación.
“Debemos abocarnos a la construcción de un nuevo modelo de ciudad, estructurada a través del espacio público, la calle, la plaza; una ciudad continua, densificada, multifuncional y heterogénea (…)”, recomienda Valdez, cuyas sugerencias y la de otros expertos deben ser tomadas en cuenta porque como indican las proyecciones, la población de la metrópolis continuará creciendo.
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