Para el profesor e investigador estadounidense Philip Altbach en la República Dominicana hay muchos estudiantes en las universidades y pocos en instituto técnicos, y eso lo cuestiona. Además, le parece “una locura” que la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) concentre una elevada matrícula que el año pasado totalizó 217,830 estudiantes.
“Muchos de los estudiantes de la educación postsecundaria están estudiando en universidades y hay otros tipos de instituciones postsecundarias —vocacionales y de otro tipo—, y en muchos países tienen un número significativo de estudiantes. Creo que hay demasiados estudiantes en las universidades y no hay suficientes estudiantes en otros tipos de instituciones postsecundarias”, señaló.
Para este académico, que es director fundador del Centro para la Educación Superior Internacional del Boston College, la razón que podría mover a los estudiantes a elegir las universidades es que la gente aspira a tener el diploma que considera más prestigioso “aunque no sea el más útil”.
Del total de matriculados al año pasado, el 97.05 % estaba en una universidad, el 1.11 % en un instituto especializado, y solo el 1.84 % en un instituto técnico de estudios superiores.
“Este país (República Dominicana) necesita más diversidad en instituciones de educación superior”, dijo Altbach, quien estuvo recientemente en Santo Domingo invitado por el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (Isfodosu).
Citó como ejemplo que en los Estados Unidos aproximadamente un tercio de los estudiantes está en colegios comunitarios, con un enfoque vocacional, y no en universidades. Además, en Alemania hay un sistema de educación vocacional que conecta directamente con las industrias.
Al preguntarle a Altbach si sería viable que las universidades locales pongan un alto en la recepción de estudiantes, respondió que es complicado porque es difícil proyectar cuáles serán las necesidades de la economía en el futuro.
“La UASD tiene más de 200,000 estudiantes, eso es una locura, es demasiado”, dijo el profesor.
Del total de estudiantes matriculados al 2017 en universidades dominicanas, el 40 % estaba en la universidad estatal.
Sin embargo, Altbach entiende que en vez de pensar en abrir otra academia pública, se puede dar independencia a los campus de la UASD. “Quizás darles más autonomía para trabajar en diferentes partes del país”, dijo.
Altbach citó un problema que observa en muchos países, incluido la República Dominicana: el sistema educativo no tiene suficiente financiamiento.
“Tiene que haber más inversión en las universidades”, afirmó.
Su preocupación viene dada porque entiende que el futuro de la economía requerirá cada vez más habilidades y se necesitarán personas calificadas. Por esto también observó que en el país se debe apoyar más la preparación de docentes universitarios con doctorado. El porcentaje que lo tiene es inferior al 5 %.
Considera que la inversión en la educación superior debería ser capaz de proveerle al docente la facultad de solo dedicarse a la academia a tiempo completo en vez del pluriempleo, el modo más usual.
“Hay personas que son ricas en el país. Estas personas, que estén interesadas en hacer el país mejor, en la educación superior, pueden invertir en este tipo de instituciones”, expresó.
Agregó: “No se debería ver la educación superior solo como un negocio, y muchas instituciones universitarias hacen eso, no solamente aquí, sino en todos los lugares, incluidos los Estados Unidos, esas instituciones no deberían existir”.
Altbach reflexionó sobre los rankings que posicionan a las mejores universidades de una región o el mundo.
“Olvídense de ellos porque el punto es que las universidades dominicanas, incluso las mejores, no serán capaces de competir con viejas universidades muy ricas en otros países. Están buscando una meta en la que inevitablemente pueden fracasar”, dijo.
Expresó que los rankings miden un punto: la investigación, porque la pueden contar con precisión con base en las publicaciones indexadas. Consideró que en la República Dominicana la investigación es importante pero no es el principal propósito de las universidades.
“Es importante para el país tener una parte de investigación en la universidad que sea capaz de participar en la economía global”, agregó.
Entiende que hay muchas estrategias que se pueden analizar, como abrir una universidad solo enfocada en la investigación. Las autoridades deben estudiar cuál es la que más le conviene.
Es autor de más de 50 libros, entre estos Clase mundial en el mundo: Transformando universidades de investigación en Asia y América Latina, del que es coautor. Fue asociado postdoctoral y conferencista en Harvard. Preside el Consejo Asesor Internacional de la Escuela Graduada de Educación de la Shanghai Jiao Tong University, y es miembro del Comité Asesor Internacional de la Alta Escuela de Economía de Moscú. Ha sido profesor visitante en la Universidad de Stanford, en el Instituto de Ciencias Políticas en París, y en la Universidad de Bombay.
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