Margot es una trabajadora por cuenta propia que nunca ha dejado de vender repostería criolla, pasteles en hoja, pastelitos de harina blanca, refrescos, jugos y cervezas.
Tampoco ha dejado de preparar la cena navideña para su casa y por encargo para algunos amigos.
Margot cuenta que ahora ha visto hasta pescados al vapor en la mesa de Nochebuena, cerdo relleno con moro negro (habichuelas negras); bebidas importadas, chivo asado, tipile (ensalada de trigo); quinoa, jugos con trozos de frutas, dulces variados, entre otras bebidas y comidas de estilo árabe y asiático.
De hecho, algunos asiáticos consideran el pescado como un manjar que atrae la buena suerte en Navidad.
Los regalos navideños al pie del árbol y el “papelito” con el deseo de obsequios de reyes, también es otra tradición que se pierde. Comúnmente se colocaba desde la celebración de Año Nuevo. Ahora muchas familias regalan la noche del 24.
Tradicionalmente, en República Dominicana la cena de Navidad, conocida como “Nochebuena”, no pasaba de un moro de guandules, pollo y cerdo asado, pan telera, algunos dulces como las “gomitas” y chocolates, ponche, uvas rojas, una botella de Ginebra, ron, manzanas, espaguetis rojos (con salsa de tomate); ensalada verde o rusa con remolacha y, en algunas familias, unos pocos frutos secos, si la celebración se hacía en casa de escasos recursos económicos.
La tradición se mantiene en pocos grupos familiares, con el servicio de diversos tipos de ensaladas como la de coditos (pasta con tuna), pastelones, pavo asado además del cerdo y el pollo, hasta lasañas, quipes, bizcocho, helados, uvas amarillas, rojas y moradas, pasas sin semillas, y otras frituras, así como un mixto de frutos secos, champañas y varios tipos de bebidas que van desde cerveza, ron, champaña, licores y whisky.
Hoy, la tradición dominicana es otra cosa. Antes, se servían lerenes hervidos, un fruto que poca gente conoce o usa ahora en Navidad. También se usa el Nabo, una especie de tubérculo que se ponía en la mesa, como vegetal acompañado de carne guisada.
Otra de las tradiciones olvidadas en las casa de los dominicanos son los baños de humo con un quemador de carbón al que se le agregaba incienso (Sahumerio) y se vociferaba “que se aleje lo malo y que llegue lo bueno”.
Pocos dominicanos celebran ahora los famosos “aguinaldos”, frecuentes durante los años 70 y 80s en los barrios y comunidades dominicanas. Con esta celebración las familias y vecinos “asaltaban” las casas de amigos y en común acuerdo con un miembro de la familia comían galletas, chocolate picante, con jengibre y especias, té caliente, mucha “bulla” y canciones navideñas que alegraban la festividad de la fecha.
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