Los fabricantes de autos advirtieron que los planes del presidente Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones de vehículos podrían elevar los precios de los carros importados por hasta US$6,000 por unidad y elevaría los costos de los autos locales también.
John Bozzella, presidente de Global Automakers, un grupo que representa fabricantes extranjeros en los Estados Unidos, dijo que el arancel, si es impuesto contra partes de autos, también “tendrá un impacto en todos los carros y camionetas vendidas en Estados Unidos” por el uso de partes importadas para fabricar vehículos en los Estados Unidos.
La Alianza de Fabricantes de Automóviles Globales, que representa las compañías de carros domésticos e internacionales, dijo en comunicados enviados al Departamento de Comercio de Estados Unidos, que los compradores de vehículos importados enfrentarían un aumento promedio de US$5,800 por un arancel de un 25 %.
“A nivel nacional, este impuesto golpearía a los consumidores estadounidenses con un impuesto de casi US$45 mil millones, basado en las ventas del 2017. No se incluye en esta cifra los costos de impuestos sobre los componentes de los automóviles”, dijo el grupo.
Trump originalmente habló de un impuesto de un 25 % para los carros importados pero el viernes pasado amenazó con imponer un impuesto de un 20 % a las importaciones de carros europeos.
Bozzella, de Global Automakers, dijo que un carro importado de US$30,000 pagaría US$6,000 más por impuestos, mientras que los costos de un Honda Odyssey producido en Estados Unidos elevaría el precio en US$1,500 o US$2,000 por sus partes importadas.
“Si esta investigación produce aranceles, la retaliación contra las exportaciones estadounidenses es inevitable”, agregó. “Aranceles sustanciales contra exportaciones de autos estadounidenses ya han sido anunciadas, colocando a los obreros de las empresas automotrices en la línea frontal de este conflicto comercial”, una aparente referencia a los impuestos europeos contra los motores Harley-Davidson. Diez de 14 compañías automotrices que producen vehículos en Estados Unidos están basadas en el extranjero, dijo.
La Alianza de Fabricantes Automotrices, citando cifras del Instituto Peterson para Economía Internacional, dijo que un impuesto de un 25 % en carros importados y sus componentes resultaría en una baja de un 1.5 % en la producción de carros estadounidenses y provocaría el despido de 195,000 empleados en un período de 1 a 3 años.
Si otros países se suman, la pérdida de empleos llegaría hasta a 624,000, dijo el grupo, agregando que los aranceles podrían reducir las exportaciones de autos estadounidenses, que el año pasado totalizaron US$99 mil millones
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