A penas se escuchan las campanas para anunciar la llegada del Año Nuevo y retumban las notificaciones de WhatsApp cargadas de mensajes de felicitación, fotografías familiares y hasta los populares memes. La era de la conectividad nos acerca, pero cuide no excederse, el mundo de la etiqueta 2.0 tiene de sus propias normas. Aquí algunos puntos a tomar en cuenta:
No haga cadenas por WhatsApp. Si no dispone de tiempo para enviar un mensaje personalizado, a quien realmente a usted le interese, absténgase de hacerlo. Le prometo que no pasará nada. Piense que usted de seguro no dirá lo mismo a su madre que a un ex compañero de universidad, las cadenas son genéricas y ese detalle le resta personalidad.
Evite publicar en Facebook una extensa felicitación y etiquetar a todos sus contactos. El porcentaje de personas que lo van a apreciar es mínimo. El resto se limita a ignorar el mensaje. No es aconsejable desenterrar bromas privadas del pasado, ni utilizar este día para hacer sentir mal a alguien de su red de contactos. Sea prudente.
En Instagram. Sin duda los días navideños son los más expuestos en esa red social. Estudie en detalle cada fotografía antes de compartirla. Cuide las etiquetas, las poses y el ambiente, recuerde que el día termina y la vida sigue.
No se pase con el jefe. Si siente el deseo de enviar a su jefe una felicitación por Año Nuevo, perfecto, lo importante es hacerlo a una hora adecuada, no exactamente a la medianoche, o en la madrugada (demasiada confianza), tampoco al mediodía del día 31 (parecerá demasiado premeditado) y siempre antes de ingerir alcohol.
Cuide su dignidad
Felicitar por Año Nuevo es una excusa bastante vaga para entablar contacto, pero bien jugada, puede funcionar. Si le interesa hacer provecho del momento para acercarse a alguien opte siempre por un mensaje privado de Facebook o Instagram, que dé lugar a una respuesta.
Para finalizar. Sea cauteloso con los stickers. No abuse de los emojis y los corazones.
Texto original El mundo del Protocolo
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