La educación emocional es parte fundamental de la formación integral de cualquier persona, y la ausencia de esta en nuestro país es notable.
En nuestra sociedad no se habla de emociones, mucho menos se enseñan. Si le pregunto al lector: ¿quién te enseñó cómo identificar y manejar tus emociones, a saber cuándo surgieron y cómo navegar a través de ellas? Para la mayoría la respuesta es: nadie. Hemos aprendido a hacerlo nosotros mismos y tal vez no de una manera correcta.
El sistema educativo cada día se rige más por el imperio del conocimiento, y esto no es desfavorable, pero el ser humano no es solo números, datos, memoria, sino también alegría, envidia, tristeza, ira. Parecemos valorar más los conocimientos teóricos y académicos, que aquellos que pudiesen hacer un cambio en el desarrollo personal. ¿De qué sirve enseñarle a un niño la llegada de Colón y fórmulas matemáticas, si no sabe reconocer lo que siente o cómo regular una emoción?
Dotar a los estudiantes de herramientas que les ayuden a comprenderse, saber qué hacer, tener empatía, es un asignatura pendiente en el sistema escolar que les va a enseñar las habilidades esenciales para su éxito en la vida.
EN PUNTOS
Salud mental.
La Organización Mundial de la Salud sitúa a RD entre los 10 países de Latinoamérica con más alta prevalencia de depresión (4.7 %) y ansiedad (5.7 %).
Estadísticas.
La Oficina Nacional de Estadística señala un aumento de 5,662 muertes por suicidio entre 2007 y 2016, un promedio de 566 casos anuales.
Importancia.
La educación emocional marcará un cambio fundamental para el crecimiento personal y de nuestra comunidad.
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