
Bienvenido al 2020. La motivación llegó cual musa y te propusiste metas impresionantes … pero ahora no sabes por dónde empezar. ¿Y si te aconsejo empezar tu lista de cotejos con la organización? Esto te permitirá iniciar el año con un lienzo vacío, te dará claridad mental y despejará el camino para el resto de tus propósitos.
Si no la conociste por su bestseller “La magia del orden”, seguro ya conociste a Marie Kondo -y su método Konmari- en su popular serie de Netflix. De lo contrario, aquí está su biografía express: Kondo es una gurú del orden japonesa y la creadora de un método de minimalismo tan práctico que se ha adentrado hasta en la consumista cultura occidental. La premisa principal del método Konmari es que debes quedarte solo con las pertenencias que te inspiran alegría.
¿Suena muy bueno para ser cierto? Sorprendentemente no lo es.
Uno de los pilares del Método Konmari, contrario a la costumbre de muchas personas, es organizar por categorías, no por espacios. ¿Cómo así? Bueno, solemos organizar por habitaciones o espacios: primero la sala, luego la cocina, por último, la habitación.
Kondo indica que esto es incorrecto porque tendemos a situar el mismo tipo de objeto en distintos espacios. Si tienes ropa en el armario, en la habitación y algunas piezas en la sala (no te juzgamos), entonces organizar por espacios no te permitirá darte cuenta de la cantidad de productos que tienes ni organizarlos de la manera más eficiente posible.
Como la primera categoría que sugiere la experta es la ropa, empezar el proceso de organización reconociendo la cantidad impresionante que tienes, te dará el shock y el empuje necesario para atravesar el proceso hasta el final.
El método sugiere un orden lógico que, según Kondo, va desde lo más sencillo a lo más complejo, en términos de sentimentalismo. No tendemos a estar muy apegados emocionalmente a la ropa (salvo a algunas piezas que vinculamos a ocasiones especiales). De hecho, al organizar, nos encontramos con piezas que ni recordábamos haber adquirido.
Sin embargo, una vez llegamos al final del proceso y nos vemos frente a las fotografías y cartas que hemos recibido a lo largo de las distintas temporadas de nuestras vidas, ser críticos se tornará más difícil. Pero, como habremos atravesado todas las categorías previas, para este momento nuestro músculo de discernimiento estará mejor afilado y preparado para decir adiós.



Marie Kondo sugiere que organices tus pertenencias en el siguiente orden:
- Ropa
- Libros
- Papeles
- Komono / Miscellaneous
- Objetos sentimentales
Las primeras categorías son muy autoexplicativas. Las últimas dos quizá requieran más explicación. “Komono” es la palabra japonesa para los objetos diversos (miscellaneous) que parecen acumularse solos. Son las cajas, los pinchos y demás productos afines que guardas porque sí. En general no tienen mucho propósito (al menos no en las inmensas cantidades en las que tienden a encontrarse en las casas) y a la vez son los productos que crean más desorden en nuestros espacios.
Los objetos sentimentales son más claros de entender a primera lectura, pero se pueden desglosar de forma diferente dependiendo de la persona, razón por la cual Kondo recalca que el proceso de organizar no puede ser delegado a otras personas. Solo tú sabes lo que te inspira o no alegría, los objetos con los que debes quedarte y aquellos a los que ya es hora de decir adiós.
Esta tiende a ser la categoría más difícil, ya que incluye las cartas, las fotografías y los demás objetos del corazón. En esta es importante recordar una de las ideas de la autora respecto a los objetos, un poco distinta al pensamiento tradicional: los objetos tienen un propósito en nuestras vidas, y algunos ya lo cumplieron. Si recibiste una tarjeta, para Kondo su propósito se cumplió en el momento que la leíste, por lo que no tienes que sentirte culpable de deshacerte de ella si piensas que ya es hora de descartarla.
Por otro lado, es un proceso personal. Si eres de quienes derivan alegría de cartas y fotografías, entonces consérvalos. La belleza de este método es que de verdad se aplica a cada quien. Si, de lo contrario, has conservado todas las cartas que te han dado porque creías que era lo que debías hacer, este es el momento en el que puedes ser libre y decirles adiós.



¿Estás listo para empezar a organizar? ¡Ya casi terminamos!
Ahora al proceso… cuando organizamos tendemos a mezclar pasos sin darnos cuentas. Para esto Marie Kondo también tiene un orden.
Lo primero es descartar. Sostén cada pieza en tus manos y decide si te inspira alegría. Esto podrá sonar como un concepto extraño para algunos, así que detengámonos aquí por un segundo. Existe un sentimiento que muchos reconocerán al leerlo, que ocurre en el momento preciso en que sostienes algo que amas: una carta, un libro, un par de zapatos. ¿Lo reconoces? Esto es lo que estás buscando (ese discernimiento es el músculo al que Kondo se refiere cuando indica que, mientras atravesamos las categorías, se va fortaleciendo hasta llegar al final).
En el caso de algunos productos, existe una mejor pregunta: ¿Me es útil? Quizá un bolígrafo no te cause alegría, pero te ayuda a escribir.
Luego de descartar, cuando te encuentres frente a tus dos pilas de objetos, y antes de guardar a los elegidos, asigna un lugar para cada cosa para que cada cosa pueda estar (¡y permanecer!) en su lugar. Kondo propone que una de las razones por la que nuestros espacios no permanecen en orden es porque no sabemos dónde va cada producto. Si cada uno tiene su lugar asignado, entonces será más fácil mantener el orden en cada espacio.
Te darás cuenta que mantener tu hogar organizado será más fácil una vez sepas a donde va todo. Es cuestión de poner cada cosa en su lugar una vez la uses. Y serás cada vez más capaz de discernir cuando un objeto ya no te inspire alegría o ya no te sea práctico. Descartar, asignar y organizar se volverán un parte natural de tu vida… y mantener un espacio organizado también.
Una vez limpies tu espacio estarás más preparado para crear tus propósitos, no solo porque tendrás un ambiente ordenado, sino porque te atreviste a completar un proceso incómodo hasta el final, enfrentaste sentimientos atados a objetos emocionales y pudiste decirles adiós, y creaste nuevos hábitos al asignar lugares para cada cosa. Estas habilidades te serán útiles al ver tu lista de metas. ¡Que este sea el año en el que puedas cumplirlas todas!
Be the first to comment