Las elecciones del próximo martes a la Casa Blanca son solo un primer paso del complejo sistema electoral estadounidense basado en un cuerpo de 538 compromisarios conocido como Colegio Electoral, que en 2020 mostró sus múltiples vulnerabilidades y puede llevar al poder a alguien que no tiene la mayoría del voto popular.
El Colegio Electoral está consagrado en el artículo segundo de la Constitución de Estados Unidos, representado por los estados en función de su población y formado y disuelto en el mismo día con el objetivo único de elegir al presidente.
¿Cómo se distribuyen los electores por estados?
El número de electores que corresponden a cada estado depende de su peso parlamentario, que a su vez depende de su población, y fluctúa cada década en función de los cambios demográficos que recoja el censo, algo que ha hecho que este año estados fuertemente republicanos tengan una ganancia neta de dos delegados y que los demócratas pierdan uno en sus feudos.
Por ejemplo, a California, el estado más poblado del país, le corresponden 54 electores, mientras que a las Dakotas, Alaska o Vermont tan solo tres cada uno.
¿Cómo se ganan esos electores?
En Estados Unidos, los estados son los encargados de organizar el proceso electoral, incluso el presidencial. Es por ello que cada estado fija unos horarios diferentes de votación, reglas distintas para el voto anticipado o requisitos disparejos para poder votar.
También son los estados los encargados de decidir cómo se distribuyen los electores.
En casi todos, el candidato ganador, aunque sea por un solo voto, se lleva todos sus electores en su objetivo de llegar al número mágico que le lleve a la Casa Blanca: 270.
La excepción son Nebraska y Maine, que dividen el reparto de sus electores por distritos.
¿El candidato con más electores es el más votado?
No tiene por qué. Los demócratas han sido el partido más votado en siete de las últimas ocho elecciones presidenciales, pero dos de esas citas perdieron los comicios.
Hillary Clinton sacó casi 3 millones de votos más que Donald Trump en el 2016 y Al Gore obtuvo medio millón más que George W. Bush en el 2000, pero ambos perdieron las elecciones.
Es por eso que se suele considerar que el sistema de Colegio Electoral ha beneficiado a los republicanos.
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