Claudio Marrero es una gran esperanza para terminar con esa sequía este mes
El boxeo profesional de República Dominicana sigue sin lauros. Es decir, este deporte, que tanta gloria le ha dado al país, terminó el 2018 sin tener al menos una corona mundial.
Los expertos recuerdan que el pugilismo rentado nacional, en toda su historia, ha conquistado 22 títulos mundiales (de varones) y otros cuatro aportados por mujeres.
Carlos “Teo” Cruz, el 29 de junio de 1968 (en pelea montada en el viejo Estadio Quisqueya de Santo Domingo), se agenció el cetro del peso ligero al derrotar al boricua Carlos Ortiz. Fueron 15 asaltos que duró el pleito y de esa manera Teo Cruz, quien falleció en un accidente de aviación el 15 de febrero de 1970, escribió ese especial pasaje de la historia del boxeo local.
Pasaron ocho años para que el país volviera a conquistar otra faja del mundo. Le tocó a Juan Guzmán, el primero de julio de 1976 (combate realizado en el Palacio de los Deportes de Santo Domingo) al vencer, también en 15 rounds, al panameño Jaime “El Cieguito” Ríos. Guzmán se adueñó del cinturón minimosca (108) libras) avalado por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
Con el paso de los años el boxeo pagado criollo fue acumulando victorias hasta llegar a anexarse 22 cetros mundiales de peleadores varones y otras tantas fajas ganadas por mujeres.
Uno de esos cetros del pugilismo universal le tocó al hermano de Teo Cruz -Leonardo “Leo” Cruz- quien el 12 de junio de 1982, en la ciudad de Miami, derrotó en 15 vueltas al argentino Sergio Víctor Palma a quien le arrebató el título supergallo (122 libras) que también tenía el respaldo de la AMB.
Los púgiles de más “ruido” ganadores de campeonatos mundiales fueron Joan Guzmán, ganador de dos fajas (las supergallo y ligero junior) y Javier “El Abejón” Fortuna) quien también se anexó dos cinturones: el pluma y el ligero junior.
No obstante, los peleadores quisqueyanos, conquistadores de fajas del mundo, tienen una historia negativa, cuando defendieron sus coronas.
Esa historia consiste en que, dicen expertos, no han sido campeones duraderos. Lo efímero, como titulares del mundo, les caracteriza y abundan las pruebas de que ha sido complicado para un monarca dominicano mantenerse con el cetro por mucho tiempo.
Una excepción hay sobre el particular: Leo Cruz quien, tras ganar su faja supergallo, realizó cuatro defensas, una de las cuales fue negativa. El 22 de febrero de 1984, en Milán, Italia, Leo Cruz fue noqueado en el 11avo asalto por el italiano Loris Stecca y de esa manera vio fallido su intento de salir airoso como monarca del mundo.
Marrero quiere ser otra vez campeón
Claudio Marrero, quien ya fue monarca del mundo (del peso pluma), quiere frenar la “sequía” que tiene el boxeo profesional dominicano porque tal vez, pronto, le llegue una nueva oportunidad.
Marrero sabe que puede tener un segundo chance para ser, de nuevo, campeón del mundo.
Pero también está consciente que para lograrlo está en la obligación de corregir los errores del pasado.
Y dentro de esos errores figuran los que cometió el 15 de septiembre del 2017, en un combate en el que ponía en disputa su faja mundial del peso pluma (126 libras) ante el boricua Jesús Rojas.
Meses antes, en Estados Unidos, el joven púgil criollo de guardia zurda, había ganado ese cetro al noquear en el primer round al peruano Carlos Zambrano. Pero apenas en su primera defensa, ante el puertorriqueño Jesús Rojas, perdió por nocaut en el séptimo asalto.
Aquella pelea fue celebrada en el hotel MGM de la ciudad de Las Vegas, Nevada, en la víspera del combate que por el título mediano protagonizaron Gennady Golovkin y Saúl “Canelo” Álvarez.
Para el 26 de enero, en el moderno coliseo Barclays Center, ubicado en el condado de Brooklyn (Nueva York), Marrero tiene un serio compromiso cuando enfrente a Tugstsogt Nyambayar, un duro boxeador nativo de Mongolia, pero nacionalizado estadounidense y que presenta expediente invicto (10-0).
En sus dos más recientes peleas, igualmente celebradas en Estados Unidos, Marrero ha salido victorioso. Uno de esos dos rivales fuer el mexicano Jorge Lara, quien era dado como “claro” favorito ante el criollo, pero fue noqueado en el primer asalto.
Lo más importante de su pleito del 26 de este mes es que si sale por la puerta de la victoria -informaron fuentes de la AMB- tendrá la oportunidad de volver a contender por el campeonato mundial pluma.
De su lado, Nyambayar ha demostrado que tiene mucho poder en sus puños, ya que de sus 10 victorias, nueve han sido por la vía del nocaut.
“No tengo tendencia a menospreciar la calidad de ningún boxeador y mucho menos en esta ocasión, cuando estoy enfocado en recuperar mi faja mundial”, dijo Marrero, quien tiene varias semanas en Orlando, Florida.
Marrero, quien presenta una foja profesional de 23 victorias, con dos fracasos, ha declarado que quiere darle a su país una nueva corona mundial… ¡y así que República Dominicana, en este nuevo año, comience a ganar títulos mundiales, como aspiran otros peleadores quisqueyanos!
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