Donald Trump viaja este martes a Puerto Rico para evaluar los estragos causados por el huracán María, lo que le brindará la oportunidad de mostrar solidaridad con los supervivientes y explicar cómo el gobierno planea ayudarlos a recuperarse, luego del cruce de declaraciones que sostuvo con las autoridades locales.
Al salir rumbo a la isla, Trump elogió la manera en que el gobierno ha respondido, y aseguró a reporteros que “es ahora reconocido el excelente trabajo que hemos hecho” pero que “a nivel local tienen que ayudarnos más“.
Las tensiones se exacerbaron cuando el mandatario republicano fustigó a los críticos de la respuesta de la Casa Blanca. Indicó que la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulin Cruz, tuvo un “liderazgo mediocre” luego de que mostrara reparos a la respuesta federal tras el desastre. Además, Trump dijo que algunas personas en la isla “quieren que les hagan todo cuando debería ser un esfuerzo comunitario”.
En ese marco, Trump, quien viaja junto a su esposa, podría enfrentar el resentimiento de los puertorriqueños, frustrados por el hecho de que todavía deber luchar por satisfacer sus necesidades básicas dos semanas después del paso de la peor tormenta que ha golpeado a la isla en 90 años. La mitad de la población ya tiene acceso al agua, pero solo el 5% tiene suministro eléctrico.
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