Ciudad de México inauguró en noviembre el primer banco de sangre para perros y gatos del país. Su objetivo es brindar ayuda a los animales que requieran una transfusión sanguínea, ya sea porque fueron víctimas de un accidente o porque padecen enfermedades como cáncer, hemorragias, anemias, insuficiencia renal o hepática.
Sin embargo, para que esta iniciativa funcione es necesario encontrar familias dispuestas a que sus mascotas se conviertan en donadoras. Para que un perro pueda entrar en el programa debe pesar más de 25 kilogramos, tener entre uno y ocho años, estar vacunado, desparasitado y gozar de un excelente estado de salud.
“Por cada donador se ayudan a tres animales; entonces, es conciencia y algún día el tuyo lo puede necesitar”, explica Claudia Jamaica, directora ejecutiva del banco.
Según las estadísticas, en México, de cada 100 hogares 57 tienen un animal de compañía. No obstante, para que el banco pueda ayudar a las mascotas no solo es necesario tener sangre de reserva, sino que también es vital conocer su tipificación, es decir, su grupo sanguíneo.
A diferencia de los humanos, los animales no se pueden tipificar en el momento en que están graves porque las muestras deben ser enviadas a Estados Unidos. Por tanto, el proceso se debe realizar con suficiente antelación.
Con este banco de sangre cientos de mascotas podrán verse beneficiadas, no solo porque serán operadas de manera más rápida, sino porque muchas de ellas tendrán la oportunidad de vivir muchos años más. Lo más importante es generar una cultura de la donación y la tipificación de la sangre de los animales; una tarea pendiente en la sociedad mexicana.
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