Europa superó este miércoles a Asia en número de muertos provocados por el coronavirus y la epidemia sigue avanzando sin tregua por las desiertas calles del continente y del mundo pese a las medidas de confinamiento decretadas, que ya dejaron sin clase a la mitad de los estudiantes del mundo.
Europa ya registra 3.421 muertos, frente a los 3.384 de Asia, donde surgió esta epidemia. Italia es el país europeo más afectado con 2.503 fallecimientos. En todo el mundo, la pandemia ya mató a más de 8.000 personas y contagió a más de 200.000, según balances de la AFP que toman como base cifras oficiales.
Millones de personas en decenas de países y regiones siguen confinadas en sus casas. La Unesco apuntó este miércoles que la mitad de los estudiantes del mundo, es decir más de 850 millones de niños y jóvenes, está sin clases en este momento debido a la pandemia.
Las escuelas y universidades se han cerrado en 102 países y el número de estudiantes en casa se ha multiplicado en los últimos cuatro días y seguirá aumentando, según la agencia de la ONU.
En países europeos como Italia, España y Francia el confinamiento es prácticamente total. Bélgica se sumó el miércoles a la lista de países que decretan este aislamiento de sus habitantes.
Las autoridades solo permiten salir a comprar alimentos o medicamentos, ir citas médicas, a trabajar, si es imposible hacerlo desde casa, o a pasear brevemente a sus perros, convertidos en una especie de «salvoconducto» para salir de las casas.
Cualquier intento de burlar el confinamiento puede ser sancionado con una multa. Por ejemplo, en la ciudad española de Palencia, un hombre fue reprendido por la policía por pasear a un perrito de peluche.
Este miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, admitió que los responsables políticos habían subestimado la magnitud del desastre que podría representar la epidemia.
«Hemos entendido que estas medidas, que hace dos o tres semanas parecían drásticas y draconianas, debían ser tomadas», dijo en una entrevista.
En España, cuarto país a nivel mundial más afectado, con más de 13.700 casos confirmados y 598 fallecimientos por el virus, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, advirtió este miércoles que los días venideros serán más duros.
«Lo más duro está todavía por llegar, cuando nuestro sistema sanitario reciba el impacto del mayor número de personas contagiadas, cuando se prolonguen los días de aislamiento, cuando se manifiesten las consecuencias económicas» de la pandemia del nuevo coronavirus, dijo.
En Francia, que el miércoles vivía su segundo día de confinamiento total, los emblemáticos lugares turísticos de París estaban desiertos. El gobierno tuvo que recordar a empresas y ciudadanos que el país no podía paralizarse totalmente y que los sectores esenciales de la economía tenían que seguir trabajando para proporcionar, por ejemplo, alimentos a la población.
En Italia, concretamente en la región de Lombardía (norte), la más afectada por la epidemia, las autoridades comenzaron a vigilar a los ciudadanos gracias a sus teléfonos ya que se estima que solo el 60% de la población respeta la orden de permanecer en casa. En Italia han muerto ya más de 3.400 personas debido a este virus.
En América Latina, donde el virus llegó tarde pero avanza, con más de 1.200 contagios y nueve muertes, Chile, que registra unos 200 casos de contagio, decretó el «estado de catástrofe» y sacó a militares a las calles.
Además, Colombia y Bolivia anunciaron la emergencia sanitaria. En Argentina se paralizarán durante cinco días los vuelos domésticos, buses y trenes de larga distancia para evitar la circulación interna de turistas.
En Brasil, donde hay confirmados 290 contagios, el presidente Jair Bolsonaro, dijo que había una «cierta histeria» en las reacciones mundiales frente a la pandemia.
En Estados Unidos, Donald Trump hará nuevos anuncios el miércoles sobre las medidas que el país está tomando para enfrentarse a esta pandemia. Mediante un tuit ya anunció el cierre de la frontera con Canadá al tráfico no esencial. «El comercio no se verá afectado», aseguró.
El mandatario ya adelantó el martes la intención de asumir la carga de la recuperación económica, con un programa de ayuda «audaz y muy importante» destinado a las empresas estadounidenses bajo riesgo de colapso, del orden de 850.000 millones de dólares como mínimo.
En Europa, el Banco Central (BCE) proporcionó más de 100.000 millones de euros en liquidez a los bancos.
Pese a todas estas inyecciones financieras, las bolsas seguían cayendo este miércoles y el precio del petróleo se desplomó a niveles que no se registraban desde 2002 y 2003.
Arabia Saudita pidió una cumbre extraordinaria «virtual» de los líderes de las 20 principales economías mundiales (G20) la semana que viene.
Además de la economía, otro efecto colateral de la pandemia son las anulaciones de múltiples eventos deportivos y culturales.
Este miércoles se canceló el festival de música de Glastonbury, en el Reino Unido, que iba a celebrarse en junio, y el festival de la canción de Eurovisión, previsto en mayo.
En el mundo del deporte, las miradas se orientan hacia el Comité Olímpico Internacional (COI), que no ha tomado aún una decisión sobre los Juegos de Tokio de julio.
Mientras Europa sufre el momento más álgido de la epidemia, en China, kilómetro cero del nuevo coronavirus, lo peor parece haber quedado atrás y la vida regresa poco a poco.
Las autoridades sanitarias del país informaron el miércoles de solo un nuevo contagio local y 12 casos importados. Hace un mes, China tenía miles de contaminados por día. En total, el país registró 80.894 personas contagiadas, de las que 3.237 murieron y 69.601 sanaron totalmente.
«Durante la epidemia todo el mundo tenía mucho miedo. Ahora toca relajarse» explica Wang Huixian, una mujer china de 57 años que acudió a una clase de baile al aire libre en Pekín, donde la distancia entre participantes es de tres metros.
En Shangái, corazón económico de China, los cafés y algunas atracciones turísticas volvieron a abrir su puertas.
«Ahora todo va bien. No como en los países del extranjero, donde la gente asalta los supermercados», decía el empresario, Zhang Min.
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