La penitenciaría ADX Florence, institución máxima (ADX) de los Estados Unidos en la que probablemente será confinado de por vida Joaquín Guzmán Loera (Chapo Guzmán), es considerada por abogados y activistas de los derechos humanos como “el infierno” de terroristas y de narcotraficantes.
La “supermax”, como son llamadas las cárceles de máxima seguridad, cuenta con 490 celdas individuales y los presos pasan dentro de ella 23 horas diarias, sin compartir y escuchar a otros reclusos. Solo tienen una hora fuera de esa celda, la que deben utilizar para ejercitarse en un patio, que es otra celda levantada en metal y rodeada de muros de 6 metros de altura.
ADX Florence, también llamada “Alcatraz de las Montañas Rocosas”, está ubicada en el condado de Fremont, en Colorado, y permanecen recluidos en ella terroristas sentenciados como Zacarías Moussaoui por los ataques del 11 de septiembre; Ramzi Yousef, cerebro de los atentados del World Trrade Center en 1993, y Timothy James MacVeigh, terrorista doméstico estadounidense que perpetró el atentado de la Ciudad de Oklahoma en 1995 con 168 personas.
También están presos líderes de organizaciones criminales del narcotráfico, como son los mexicanos Javier Arellano Félix, Juan García Ábrego y Osiel Cárdenas.
Las celdas en las que los presos deben pasar 23 horas al día tienen una dimensión de 7×12 pies (2.1 x 3.6 metros) y están construidas, junto a sus mobiliarios, completamente de hormigón. Sus compuertas se abren automáticamente.
Según Wikipedia, ADX Florence posee 1,400 compuertas de acero controladas por control remoto, alambre de púas que se elevan a 12 metros de altura en la parte exterior, rayos láser, cámaras, perros guardianes, una docena de torres que se elevan por varios metros de altura con francotiradores y un sistema especial de seguridad por fuera de la cárcel.
Por su compleja construcción ningún prisionero ha logrado escapar o han intentado alguna fuga.
“Los reclusos que por alguna circunstancia salen de la celda lo hacen en compañía de varios guardias, con grilletes, esposas y cadenas sujetas al estómago para impedir algún tipo de movimiento”, agrega Wikipedia.
En un reportaje de octubre del 2012, el medio estadounidense Chicago Tribune cita un informe de la Asociación de Abogados de Nueva York en el que se critica la política de confinamiento solitario de los presos por entender los profesionales de leyes que “viola derechos humanos, es ilegal bajo la Octava Enmienda de la Constitución –que prohíbe que el Gobierno federal imponga castigos crueles e inusuales- y constituye tortura según la ley internacional”.
“El escaso contacto que tiene con personas durante las 23 horas del día que pasa en su celda ocurre cuando el guardia le pasa su comida a través de la puerta. No puede hablar con ningún prisionero, a menos que grite a través de las ventilaciones o el inodoro”, dice sobre un preso de 60 años que ha pasado los últimos 29 en confinamiento solitario y que había iniciado un juicio a la Oficina Federal de Prisiones para salir del aislamiento.
Ayer, martes, un jurado de Nueva York declaró culpable de todos los cargos que se le imputaba al Chapo Guzmán, señalado como el jefe del cartel de Sinaloa. El juez Brian Cogan fijó su sentencia para el 25 de junio.
Según la agencia EFE, tras escuchar el veredicto del magistrado, en la corte federal de Brooklyn, Guzmán Loera, de 61 años, miró a su esposa Emma Coronel, de 29 y madre de sus hijas mellizas de siete años, “sonrió levemente como para tranquilizarla y se puso la mano en el corazón”.
Coronel, vestida con pantalones ajustados negros y una chaqueta verde, le levantó el pulgar de la mano derecha, se cruzó las manos en el pecho y le sopló un beso antes de que los alguaciles retiraran al Chapo rápidamente de la sala.
El pasado mes de enero, Dámaso López Núñez, uno de los principales lugartenientes del Chapo, incriminó a Emma Coronel en la segunda fuga del narcotraficante de la prisión del Altiplano en 2015, actuando como mensajera con los hijos de Guzmán.
El Chapo Guzmán fue detenido por primera vez el 9 de junio de 1993 en Guatemala y entregado a las autoridades Mexicanas. Escapó el 19 de enero del 2001 del penal de Puente Grande, Jalisco, escondido en un carrito de lavandería.
Fue reaprendido en febrero del 2014 en un edificio de Mazatlán, Sinaloa y confinado en el penal El Altiplano, también de máxima seguridad, a 90 kilómetros al oeste de Ciudad México, de donde salió en una espectacular fuga la noche del sábado 11 de julio de 2015 tras solo durar un año y poco más de cuatro meses de reclusión.
Para su segundo escape se construyó un túnel en el área de la ducha de la celda, la cual estaba ubicada próxima a la cama. El agujero era de 10 metros de profundidad, equipado con iluminación y ventilación. Huyó subido a una motocicleta preparada para descender del túnel.
Esta última fuga fue un duro golpe para el expresidente de Peña Nieto. El 6 de enero de 2016 fue recapturado, seis meses después.
Según el diario mexicano expansión.mex, el cartel de Sinaloa controla entre el 40 y el 60 por ciento del tráfico de drogas (marihuana, heroína, cocaína, metanfetamina, entre otros), con ganancias anuales de 3,000 millones de dólares.
Según la agencia EFE, a pesar de la captura y condena del Chapo, el cartel de Sinaloa sigue en pie debido a que su coacusado Ismael “Mayo” Zambada continúa prófugo y la violencia del narcotráfico no para en México, que tuvo un récord de 33.341 homicidios dolosos el año pasado.
Muertos por consumo en Estados Unidos
En Estados Unidos, donde el consumo de opiáceos se ha convertido en una epidemia, las muertes por sobredosis de drogas siguen subiendo y alcanzaron un promedio de 197 al día en 2017.
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