Era enero del año 1984. La señora Agripina Vásquez, en aquel momento, con 35 años de edad (hoy tiene 70) se disponía a viajar desde la comunidad Los Limones en la provincia María Trinidad Sánchez (Nagua) con rumbo al distrito municipal de Don Juan en la provincia Monte Plata. Cargaba consigo una cartera y un gallo, que su familia le había enviado a su extinto esposo, Víctor Romero.
Al abordar el carro, marca Austin, Agripina jamás soñó que luego de que la vida le diese la oportunidad de procrear cuatro hijos, uno nuevo llegaría a la familia, como si fuese un regalo de los Santos Reyes en aquellos primeros días del mes de enero.
Al subir a la parte trasera del vehículo se sentó al lado de una mujer de unos 30 años de edad, de piel clara, ojos azules, de largo pelo rubio-castaño y de más o menos cinco pies y cuatro pulgadas de estatura, que, a su vez, traía dos niños: uno de casi un mes de nacido y otro que ya caminaba, de dos o tres años.
El vehículo rodaba de Nagua hacia San Francisco de Macorís y al llegar al cruce de Las Guáranas, la joven madre le preguntó a la señora Agripina antes de desmontarse:
-¿Para dónde usted va?
-Cerca de Santo Domingo, respondió ella, minutos antes de llegar a aquel cruce donde debía quedarse para tomar otro medio de transporte que la condujese a su destino, Don Juan.
En ese momento y sin dar tiempo para hablar mucho, la mujer le dijo a Agripina:
-Pues mire, yo le voy a dar este muchachito.
-¿Cómo va ser? Yo lo recibo -contestó sorprendida la señora Agripina.
-Dios y yo sabemos el por qué que yo le voy a dar mi hijo; yo voy para Santiago de los Caballeros, pero me voy a reunir con mi esposo, le respondió. Y esas fueron parte de las últimas palabras que escuchó Agripina de aquella mujer.
“Ella me preguntó que dónde yo vivía y yo le di un nombre irreal, le dije en la capital, porque yo pensé, de inmediato que, si le daba mi verdadera dirección, luego esta mujer iría a quitarme el niño. Nunca yo dije que iba para el distrito municipal de Don Juan en la provincia Monte Plata”, confiesa hoy con voz entrecortada y conmovida al recordar aquel momento, y dice que solo vio que la joven madre cruzó la calle, tal vez a tomar algún vehículo que la lleve a la ciudad corazón.
Continúa diciendo: “Cuando ella me pasó el niño yo me puse nerviosa, porque yo creía que era mentira, yo no lo podía creer hasta el momento que lo vi en mis brazos. Ella me entregó una botella con leche y la botella se me cayó y se explotó, por la sorpresa y las emociones que me invadían”, revela.
Era un niño de pelo rubio, ojos color miel, de tez clarita y con dos de sus dedos de cada pie unidos por la piel, condición que se conoce en medicina como, sindactilia. Hoy han pasado 35 años de aquel momento y el hombre que lleva como nombre Yensis Romero Vásquez, declarado por Agripina Vásquez y Víctor Romero, con fecha de 28 de diciembre de 1983, desea más que nunca conocer sus orígenes, su madre y familia biológica.
“Aparte de todo, yo le agradezco a mi madre Agripina, ella fue quien me crió y si volviera a nacer quisiera que ella fuera mi madre nuevamente, pero independientemente de eso, cuando uno va creciendo uno se da cuenta que existe una madre biológica, que existe otra familia, a uno le gustaría poder conocerla”, expresa Yensis Romero Vásquez, quien desde muy joven abraza la necesidad de un reencuentro.
Confiesa que en el pasado recibió bullying en la escuela, pues le decían que fue recogido en un basurero, pero que, a pesar de todo, siempre tuvo fuerzas y dio mucho amor y cariño a su madre de crianza y sus hijos, a los cuales considera como sus hermanos y viceversa.
“Fuera de eso, siempre he tenido el vacío de saber el origen de dónde vengo, cuál es mi sangre y más en este momento que tengo tres niños, un varón y una hembra y otro que viene en camino y quisiera algún día poder decirles sus raíces, que conozcan su familia biológica, sin dejar de reconocer a mi verdadera familia que es la Romero-Vásquez”, dijo en tono esperanzador Yensis Romero.
La mujer que engendró a Yensis nunca dijo cómo se llamaba. Se desconoce en qué lugar del país o del exterior podría estar. Una vez se supo que ella es de apellido Rodríguez y que tomando en cuenta su promedio de edad para 1984, hoy podría tener unos 60 años o más.
Yensis Romero Vásquez pide encarecidamente a cualquier persona o autoridad que pueda aportar información sobre este caso y si alguien conoce alguna mujer que haya contado una historia parecida, que por favor se comunique al número (849) 360-9871 y al (829) 941-9870, de su esposa Yamileth Reyes.
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