E n el mundo aproximadamente 1,300 millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año, lo que representa cerca de un tercio de los alimentos producidos para consumo, lo cual causa pérdidas de 310 mil millones de dólares en los países en desarrollo. La cifra se eleva a más del doble en naciones industrializadas con 680 mil millones de dólares.
Lo anterior resulta impresionante si es comparado con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que destaca que 672 millones de personas padecen obesidad, problema que lleva a la muerte a cerca de 3 millones cada año.
En el caso de América Latina se desperdicia el 34% de los alimentos, lo que equivale a 127 millones de toneladas por año.
En República Dominicana, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un estudio realizado en 336 establecimientos comerciales durante los meses de julio y agosto en 2014, fueron desperdiciados cerca de 2.5 millones de libras de alimentos cada semana, una cifra alarmante si se sopesa la situación de un país con 10 millones de habitantes donde casi tres millones son pobres y cerca de 600,500 viven en la indigencia, pues sobreviven con RD$70 por día.
“La cantidad de alimentos que se desperdicia y pierde a nivel mundial es escandalosa”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial, y agrega: “Cada día en todo el mundo, millones de personas se van a dormir con hambre y, sin embargo, millones de toneladas de alimentos terminan en la basura o se malogran durante el transporte a los mercados. Debemos encarar este problema en cada país para mejorar la seguridad alimentaria y poner fin a la pobreza”.
Según la FAO, a nivel de consumidores, entre las principales causas del desperdicio de alimentos figuran la pobre planificación a la hora de hacer las compras, no mirar la fecha de caducidad y las respuestas a los estímulos de las compras por impulso por sobre la base de las ofertas en los supermercados.
También influyen los altos estándares estéticos de los puestos de expendio de alimentos que afectan la comercialización de productos agrícolas, donde muchas frutas y vegetales son aptas para consumo, pero rechazadas por su apariencia debido a malformaciones o manchas.
Para cambiar la situación es necesaria una mayor implicación de los gobiernos y de la sociedad en general para acabar con el hambre y desperdicio de comida en todo el mundo, así lo expresa la campaña #HambreCero, proyecto de la FAO por el Día Mundial de la Alimentación que se celebra este 16 de octubre, que este año se ha centrado más en las acciones individuales que los gobiernos, las empresas y las personas pueden realizar.
La FAO explica que el #HambreCero busca concienciar sobre los problemas relacionados con el hambre y poner en práctica mecanismos oportunos para alcanzar el objetivo número dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el hambre cero.
Sobre este particular, la Vicepresidencia de la República, con el acompañamiento del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), presentaron en febrero de este año la Hoja de Ruta para el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, dirigida a erradicar el hambre, alcanzar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y promover la agricultura sostenible, compuesta por siete pasos que se podrán evaluar en términos de reducción y prevención en el 2030.
El desperdicio de alimentos se da muchas veces debido su mal almacenamiento. Por esto la FAO da algunas pautas para tomar en cuenta al guardar los productos en el refrigerador.
Parte superior: se ubican los lácteos (leche, yogures, quesos, postres…) y huevos.
Centro: productos preparados o listos para consumir en un lapso no mayor de 3 a 4 días.
Parte inferior: frutas y verduras. Debe permanecer limpia y seca para evitar el deterioro de estos alimentos.
Puerta: los productos que no necesitan de mucho frío para conservarse, como la mayonesa, bebidas, mantequilla y salsas.
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