El aislamiento entre las personas y la práctica sistemática de la higiene son, hasta ahora, dos recursos exitosos para evitar el contagio del coronavirus Covid-19, que está diezmando al mundo en estos momentos.
Lo primero se logra con la reclusión de las personas en el hogar, en forma voluntaria y por disposición gubernamental, en un ejercicio de responsabilidad colectiva y de buen gobierno.
Lo segundo, la higiene, es una tarea imprescindible en cada persona. Pero ya que convivimos más de 10 millones de habitantes con hábitos y cultura variable, lo que se impone es un compromiso ciudadano, colectivo, para limpiar el ambiente de nuestras ciudades.
Sugerimos que el próximo sábado, en todos los hogares dominicanos, se proceda a una limpieza general simultánea para reducir sustancialmente la población del coronavirus, que al ser una molécula de proteína cubierta en grasa, se desintegra con la acción detergente desgrasante.
Esa limpieza puede iniciarse en el interior de las viviendas o apartamentos, echando agua con detergente y cloro, batiendo pisos y paredes con cepillos o paños, hacer salir el agua hacia aceras y contenes, y allí continuar la higienización de la vía pública.
En el entorno de hospitales, clínicas, laboratorios y farmacias, esta labor debe ser realizada por las autoridades municipales y los bomberos, para un removido más profundo de la probable contaminación.
El carácter simultáneo es la garantía de que una gran porción del virus se desintegre en todo el país, reduciendo su capacidad de contagio vertiginosamente, creando un ambiente de limpieza que mejore las condiciones para respirar y vivir en sanidad.
Todo podría comenzar a las 10:00 de la mañana del sábado en que todas las familias dominicanas se preparen con cubetas, rastrillos, cepillos, detergente, mangueras y agua para durante una hora lavar, limpiar y secar.
Todos los miembros de la familia que estén en capacidad de trabajar deben hacerlo protegidos con gorras, guantes y mascarillas. En los casos de viviendas que estén solas o cerradas, los vecinos más próximos pueden limpiar con detergente sus frentes para no dejar espacios contaminados.
Al final de la labor, todos los participantes eliminan por zafacón guantes y mascarillas usadas, toman un baño, aíslan en bolsas las ropas utilizadas, y al día siguiente se procede a otra jornada de lavado general simultáneo.
Si República Dominicana realiza este ejercicio, no solo va a disminuir considerablemente el contagio, sino que podría servir de ejemplo y modelo para países con condiciones y cultura aproximadas a nuestra realidad.
Si bien no esperamos que esta propuesta sea una panacea, confiamos en que con su puesta en práctica mejoremos la higiene general y nos enfrentemos con mayor eficacia al Covid-19.
Sangre,
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