Con mercancías en sus manos, decenas de comerciantes dominicanos y haitianos esperan desde tempranas horas de la mañana de este lunes la apertura de la frontera con Dajabón, la cual permanece cerrada del lado haitiano.
Los haitianos se aglomeran a ambos extremos de la calle con sacos y bultos que llevan comidas, provisiones y ropas, a la espera del pase para transitar del otro lado.
«¿A qué hora es que van a abrir?», se pregunta Balikos Ritchy, un joven haitiano de 18 años que dice trabajar en construcción y vive en el sector Esperanza. Agarrando su mochila, dice que solo quiere pasar a ver a su madre en Juana Méndez, pero que no ha podido.
A unos metros del muro fronterizo, Guillermo Cuevas descarga los 13 sacos de plátanos que ha traído desde Palo Verde, Montecristi, para entregarlos a algunos haitianos que se los han comprado.
Cada saco de plátanos cuesta 2,000 pesos, por lo que por esa mañana ha hecho una venta de 26,000 pesos, que aún es insuficiente para compensar la pérdida de 600,000 pesos que -dice- le ha generado el cierre de la frontera.
«No tengo más dinero. Yo estoy vendiendo de a chin, porque yo tenía mucho, pero ahora no tengo nada, estoy pobre. Aquí estoy bregando a ver cuándo va a abrir eso para pagar un préstamo», dice.
El Gobierno dominicano mantiene medidas restrictivas en la frontera hasta tanto haya una reacción favorable de parte del Gobierno de Haití en cuanto al canal de riego que se construye del lado haitiano para tomar agua del río Masacre.
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