Tres años, seis meses, 17 días y cuatro cirugías pasaron desde aquel domingo 9 de junio del 2019 en que David Ortiz recibió un disparo por la espalda, que atravesó su estómago y la fecha en que el Primer Tribunal Colegiado de la Provincia de Santo Domingo condenó a 10 de 13 individuos que fueron identificados por las autoridades como los responsables del intento de quitarle la vida.
Se tejieron un sinnúmero de teorías sobre qué pasó y cómo sucedió, pero para el inmortal del Salón de la Fama de Cooperstown, ya es tiempo de mirar a otro lado.
“Estoy tranquilo, especialmente cuando supe que no era para mí, yo solté eso y se lo dejé a Dios y a la justicia dominicana”, dijo Ortiz, en exclusiva desde los Estados Unidos.
Dos de los 10 sentenciados recibieron la condena máxima, Rolfi Ferreyra Cruz, quien fue identificado como el tirador, y Eddy Vladimir Féliz García, la persona que condujo el motor en que se desplazó Ferreyra y en el que huyeron ambos tras dejar por muerto al tres veces campeón de las Grandes Ligas y Jugador Más Valioso de la Serie Mundial del 2013 y de la Serie de Campeonato de la Liga Americana del 2004.
En un cerrar de ojos
Aquel domingo en la noche, Ortiz compartía con unos amigos en el Dial Bar and Lounge, de la zona oriental, y en un abrir y cerrar de ojos, dice él mismo, su vida cambió.
Una investigación realizada por Edward Davis, excomisionado de la policía de Boston, contratado por el propio Ortiz, contradijo la versión presentada por la Procuraduría General de la República, de que él había recibido un disparo dirigido a otra persona. Davis señaló a César Emilio Peralta, alias El Abusador, como la persona responsable de ordenar el atentado, pero Ortiz prefiere pasar la página y no abunda sobre ese particular.
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