Haití, sumido en la crisis y el caos, encara un futuro incierto tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse al que siguió un supuesto tiroteo en el cual, según las autoridades, la policía mató a cuatro sospechosos del magnicidio, detuvo a otros dos y liberó a tres policías tomados como rehenes.
Las autoridades prometieron hallar a todos los responsables del asalto a la residencia de Moïse el miércoles por la madrugada que mató al presidente y dejó a su esposa, Martine Moïse, herida de gravedad. Ella fue trasladada a Miami para recibir tratamiento.
“La persecución de los mercenarios continúa”, dijo el director de la Policía Nacional, Léon Charles, el miércoles por la noche al anunciar… Seguir leyendo
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