La información errónea sobre el nuevo coronavirus en internet y las redes sociales puede ser devastadora e incluso matar, al difundir remedios milagrosos tóxicos y aconsejar la interrupción de tratamientos médicos.
Los investigadores han lanzado una carrera contrarreloj para encontrar un tratamiento eficaz o una vacuna contra una pandemia que ha matado a más de 20.000 personas.
Entretanto los rumores más insensatos se propagan en internet, alimentando la confusión.
Las consecuencias pueden ser trágicas: en Irán, uno de los países más afectados, más de 210 personas murieron por beber alcohol adulterado después de que circulara en línea que podía tratar o evitar el COVID-19, informó la agencia oficial Irna.
Los peligrosos falsos remedios desmontados por la AFP incluyen el consumo de cenizas volcánicas y las lámparas UV o la lejía, que según las autoridades sanitarias pueden ser nocivos.
Otro remedio que «mata el coronavirus», según publicaciones engañosas es las redes sociales, es beber plata coloidal (formada por nanopartículas de plata).
«Estoy preparando plata coloidal. Tengo asma ¿funciona de verdad? (…). ¿Ayuda si tomo una cucharadita al día?», pregunta Michelle en un grupo público de Facebook, junto a una foto de una jarra de agua con una varilla de metal dentro.
Los efectos secundarios de la ingesta de plata coloidal pueden incluir una decoloración de la piel y la absorción deficiente de algunos medicamentos, como los antibióticos, afirman los Institutos Nacionales de la Salud estadounidenses.
Pero esto no desanima a algunas personas. Un australiano que asegura que acostumbra a comprar el brebaje contó a la AFP que se ha «agotado en su ciudad … pero antes del virus, siempre podía comprarlo».
Tomar cocaína o beber un poco de lejía también son algunos de los consejos que circulan en internet. «No, la cocaína NO protege contra # COVID-19», tuiteó el gobierno francés en respuesta.
Un golpe para los negocios
Las compras movidas por el pánico dejan vacíos los estantes de los supermercados en numerosos países pero algunos comerciantes y agricultores indios han tenido el problema opuesto: la gente evita sus productos debido a informaciones falsas.
Algunos comerciantes de Nueva Delhi contaron a la AFP que se habían abastecido de productos fabricados en China, como pistolas de juguete, pelucas y otros accesorios antes de Holi, el festival de los colores que se celebró a principios de este mes.
Pero «la información errónea sobre los productos chinos, de que podrían transmitir el coronavirus, causó una caída en las ventas de alrededor del 40% en comparación con el año anterior», explicó Vipin Nijhawan de la Asociación de Juguetes de India.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que el virus no dura mucho en superficies inanimadas, por lo que es poco probable que los productos importados puedan transmitir el coronavirus aunque estén contaminados.
Medicamentos para el corazón
La rápida difusión de la información en línea hace que los pacientes más ansiosos tomen riesgos innecesarios cuando escuchan a los científicos discutir sobre teorías aún no probadas.
La confusión fue provocada por una serie de cartas y artículos teóricos publicados en revistas científicas sobre si algunos tipos de medicamentos para el corazón pueden aumentar la posibilidad de desarrollar una forma grave de COVID-19.
Esto ha llevado a las autoridades sanitarias de toda Europa y Estados Unidos a recomendar a los pacientes cardíacos, que ya tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad, que continúen tomando los medicamentos.
Carolyn Thomas, quien dirige un blog para mujeres que padecen enfermedades cardíacas, dijo que decenas de lectores la han contactado para pedirle consejo después de ver tuits advirtiendo contra los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) y los bloqueadores de los receptores de angiotensina.
«Hasta que vea a mi cardiólogo, sigo tomando los medicamentos, aunque me pregunto si aumentan mi vulnerabilidad a contraer el virus», afirma Thomas, quien se ha autoaislado en casa en Canadá. «Me da miedo tomarlos y tengo miedo a parar».
El profesor Garry Jennings, asesor médico de la Fundación del Corazón de Australia, afirma que estos artículos «se basaron en una serie de factores que son polémicos» y advierte que si los pacientes dejan de tomar la medicación podrían sufrir un infarto y morir.
«En ausencia de otras pruebas y sabiendo que estos medicamentos son beneficiosos … no es buena idea dejar de hacerlo», recalca.
En Estados Unidos un hombre murió por tomar fosfato de cloroquina. Este habitante escuchó al presidente Donald Trump elogiarlo como un posible «remedio», «un regalo del cielo», y tomó demasiada cantidad de un producto de limpieza de los acuarios que le causó la muerte.
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